Fiesta y tradición, día de muertos en Yolotepec

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Lesli Aguilat/Igabe

San Juan Tototepec, Huajuapan, Oax. 30/10/2010.- La preparación del día de muertos en esta población, empieza con cuatro meses de anticipación, cuando la gente empieza a tejer sus sombreros y ahorrar para el gasto que se avecina, -ya que realizan un consumo extra-, en otros casos esperan los envíos de sus paisanos que radican en diferentes partes del país, y la Unión Americana, con el único objetivo de celebrar a sus seres queridos, mismos que se adelantaron en el camino.

El pan, una tradición heredada de generación en generación El pan que se coloca en las ofrendas, representa la generosidad del anfitrión y el regalo de la tierra misma. Es un elemento agregado por los evangelizadores españoles el cual también es una representación de la eucaristía. Existen múltiples variantes en su elaboración, como lo son los panes en formas diferentes humanas y animales.

Actualmente en la comunidad sólo existe un panadero, Dionisio Cruz Martínez, quien es el que hace los panes del día de muertos, empieza a trabajar una semana antes de la festividad ya que tiene que cubrir todos los pedidos que hace la gente, para que puedan contar con su pan en estos días.

Con la ayuda de su esposa, realizan las figuras de los panes, la masa va tomando la forma humanad de animales como conejos, pescados, pájaros, entre otros, éstos son decorados con las manos poniendo en cada pieza un poco del amor que emana del arte de crear y de contribuir a su tradición, comenta el panadero “Aún recuerdo a los antiguos panaderos a don Eleuterio Martínez, Eduardo Olivares, Leovigildo Martínez, a don Pedrito, ahora nos toca ofrecerles el pan, pues ya no están con nosotros pero nos heredaron la forma de hacer el pan”, dice un habitante de avanzada edad de la comunidad.

Los altares, banquetes para los difuntos Los altares se hacen en una base de carrizo, se ponen ramas de un árbol llamado sabino, amarrados con palmas verdes, todos estos materiales traídos desde el cerro por los hombres de la comunidad, las frutas de tiempo mandarinas, naranjas, cañas, plátanos, elotes asados o hervidos, calabaza dulce y demás productos son colgados en los carrizos acompañados de los panes de figuras. Los petates que se colocan en el suelo cerca de las ofrendas se ofrece a los difuntos para que descansen del largo viaje, las raciones de comida que se ofrecen corresponden al número de fallecidos que exista en la casa, comentan los pobladores de Yolotepec.

A un lado de la puerta se coloca una ofrenda para aquellas personas que se “portaron mal” comenta Don Salvador Villarreal, “según los abuelitos decían que a ellos no se les permite la entrada a la morada, ya que fueron unos de los que se murieron en un acto en el que su comportamiento no fue bueno, o que en vida Vivian de manera incorrecta en contra de su prójimo por lo que se les ofrece también su ofrenda solamente que a un lado de la puerta. La celebración inicia al encender unas velas del altar susurrando los nombres de los difuntos, se reza pidiendo el favor de Dios para que lleguen con bien, los familiares se sientan a la mesa y comparten la comida preparada para el festín, escuchando música que gustaba a los difuntos en vida, además se les recuerda a través de sus anécdotas que compartieron.

Para ofrecer este banquete a los difuntos tiene que sacrificar a algunos animales como chivos, borregos, gallinas y reses, para preparar barbacoa o mole, dependiendo de los gustos en vida de los ahora ya muertos. Estos platillo se suman los tamales, cerveza, pulque, cigarros, decorados siempre con el colorido de las flores de cempasúchil, el 2 de noviembre, en la tarde cuando las animas parten de regreso a su lugar de descanso.

La fiesta culmina en los panteones El 3 de noviembre a muy temprana hora, la población se traslada a al panteón municipal para llevar en sus canastas parte de las ofrendas y se ofrecen misas para que las almas de los difuntos regresen con bien a su destino; cada canasta se pone sobre la tumba y se encienden ceras y veladoras.

Al panteón asiste la banda de música del pueblo que tocan canciones en cada tumba si los familiares así lo desean, después de tocar alguna canción los parientes del difunto les obsequian algo de la ofrenda que es puesta sobre la tumba. Al término del día de las festividades se dejan prendidas las veladoras, ya que la creencia es que la luz acompaña a las animas durante el caminar de regreso al más allá, con esto se les desea buen viaje y se les pide que regresen el próximo año.

Acerca del Autor : Triquis Oaxaca